Todos los días, Mariela Ruiz y Rodolfo Aparicio deben coordinar sus changas informales con tiempo para turnarse y mantener alzado en su regazo a su hijo Juan de Dios Jesús, un adorable niño de cinco años que nació con microcefalia congénita cerebral (es un defecto o trastorno de la postura y el movimiento debido a una lesión o defecto en un cerebro inmaduro que interfiere en el crecimiento, desarrollo y maduración de un niño), lo que le impide movilizarse por sus propios medios ya que le afecta el 90 por ciento de su cuerpito.
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